El dolor de la rodilla es un problema desagradable, que impide un movimiento fácil y se siente bien. Puede afectar tanto a los jóvenes como a las personas de edad. En todos los casos es importante realizar un examen oportuno y aplicar el tratamiento o la rehabilitación adecuados para no tener problemas graves y prolongados.
El dolor de la rodilla es un problema desagradable, que impide un movimiento fácil y se siente bien. Puede afectar tanto a los jóvenes como a las personas de edad. En todos los casos es importante realizar un examen oportuno y aplicar el tratamiento o la rehabilitación adecuados para no tener problemas graves y prolongados.
Gran carga en las rodillas
Las rodillas desempeñan un papel importante en la vida de una persona: se unen a la pierna superior e inferior. Esta articulación incluye los huesos, el menisco del cartílago y los ligamentos. Si uno de los elementos conjuntos está herido, la persona siente dolor.
Si siente dolor en la rodilla, los médicos sugieren que la gente escuche a su cuerpo y que busque la causa del dolor al sentir los primeros síntomas.
Las razones más comunes del dolor de rodilla:
- traumatismo,
- inflamación causada por lesiones,
- envejecimiento de la articulación de la rodilla (degeneración),
- artritis y otros.
Existen razones de peso para sugerir que una razón común para el dolor de rodilla es el estilo de vida de la persona y sus consecuencias. Durante toda la vida, cuando la persona camina, corre, salta, se carga y realiza otros movimientos, estas articulaciones tienen que soportar cargas pesadas. Estos movimientos también se realizan con bastante frecuencia con sobrecarga física, sin observar la ergonomía adecuada, y pueden causar espadín, deslocalizaciones y similares.
Por lo tanto, las lesiones se mencionan entre las causas más frecuentes de dolor de rodilla, que pueden producirse tanto en situaciones cotidianas como en el trabajo o en el deporte. Entre las personas más jóvenes, la mayoría de las lesiones terminan con ligamentos de rodilla u otras lesiones de tejidos blandos; sin embargo, para las personas de edad suelen ser fracturas.
Problema repentino o largo proceso
Al sentir dolor, la reacción de la gente es muy diversa. Hay gente para la que incluso el dolor pequeño causa grandes sufrimientos, y hay quienes son capaces de tolerar incluso dolor intenso.
El dolor en las articulaciones de la rodilla se subdivide en:
- aguda,
- crónica.
El dolor agudo empieza de repente. Las personas de cualquier edad pueden experimentar tanto en el deporte como al realizar algunos ejercicios y movimientos de forma incorrecta, por ejemplo, en fútbol, baloncesto, esquí, patinaje y otros deportes, y en cualquier situación cotidiana con movimientos incorrectos en jardinería, tareas domésticas y similares, así como caídas y en otros casos.
En situaciones tan agudas, el dolor aparece más comúnmente después de los accidentes y puede ser muy grave. Sin embargo, hay casos en que el dolor es bastante leve y parece que uno no debe buscar ayuda médica, y que el dolor desaparecerá por sí mismo. Sin embargo, puede ser una opinión falsa.
Como explican los médicos, en cualquier caso, si se experimenta dolor agudo en una articulación de rodilla por alguna razón, no se debe esperar mucho y visitar a un médico, que realizará una inspección primaria y elegirá un examen, para averiguar la razón del dolor.
Como han experimentado los médicos, una razón común para el dolor agudo en la rodilla es la ruptura de los ligamentos crucitos, que suele ser una lesión deportiva, así como la ruptura del menisco.
Sin embargo, el dolor crónico en los ligamentos de rodilla se produce durante algún proceso continuo, que suele deberse a deformación u otros problemas, y se desarrolla durante un período de tiempo más prolongado. En tales situaciones, el dolor se suele sentir durante la noche o en momentos de grandes cargas. Aunque existe la opinión de que no existen instrumentos contra el envejecimiento natural, los médicos sostienen que no se puede igualar el cuerpo, incluido el envejecimiento y el dolor en común. Viviendo en el siglo 21, hay suficientes posibilidades para realizar un examen de calidad, así como diferentes posibilidades de curar, para no experimentar dolor, sino para pacificarlo, de manera que la persona pueda vivir la vida en toda su extensión.
Buscar ayuda lo antes posible
En el caso de lesiones de rodilla, cuando son causadas por traumas, a fin de determinar la causa del dolor después de la inspección inicial, se suele prescribir un examen de rayos X para averiguar si se trata de una fractura. Si no se encuentra, para prevenir el dolor, el médico recomienda el tratamiento ambulatorio en casa como terapia inicial, recomendando el descanso y las aves frías, así como geles anti-dolor y medicación, si es necesario. Sin embargo, si el dolor no disminuye, se suele realizar una exploración de RM, donde pueden verse los ligamentos de crucito o la ruptura del menisco, así como otros problemas que no se muestran en la radiografía.
También hay diferentes tipos de exámenes para diagnosticar el proceso de degeneración conjunta de rodilla y las etapas de su desarrollo. Los médicos alientan a buscar ayuda oportuna, sin esperar a que el dolor se vuelva intolerable. Si se descubre a tiempo, este proceso puede detenerse, sin desarrollar aún más, y sin causar un dolor y una restricción aún mayores a la circulación.
En cualquiera de los casos, al tratar las articulaciones de rodilla, independientemente de si se trata de tratamiento domiciliario o incluso de un procedimiento quirúrgico, se necesitará un período de rehabilitación. Durante este período y ya en el periodo inicial de tratamiento, una buena ayuda siempre será la ortosis conjunta de la rodilla, que, al apoyar la unión, creará un sentido de estabilidad y también reducirá el dolor, así como ayudará a uno a volver a la pauta de movimiento a la que se acostumbra la persona. Y, después de una lesión en la rodilla o en el caso de otro dolor articular de la rodilla, se recomienda, previa consulta con un médico especialista y elegir la opción más apropiada, utilizar esa ortosis en la práctica deportiva diaria, jardinería, levantamiento de objetos más pesados o realizar otros movimientos que puedan causar una lesión repetida o promover de otro modo el dolor.
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